martes, 26 de abril de 2016

Desde El Cielo

Érase una vez entre todas las veces pasadas y repasadas en un extraño lugar coincidieron dos aves provenientes cada una de lugares lejanos. Tal vez el hecho ocurrió porque tenían algo en común, las aves habían descubierto por si solas que podían volar más alto y mucho más lejos.
En el horizonte dibujado entre el norte y el sur se avistaba a Drácula y Ailurofobia volando en extrema felicidad, cantando y fotografiando con sus memorias los hermosos paisajes que divisaban desde la altura, tristemente no podían evadir los consulados para sellar sus pasaportes pero esto no era impedimento para sentir libertad.
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Drácula, la famosa ave colorida del Machu Picchu, no encontraba ya qué hacer pues estaba muy agobiado de tanto trabajo y tener que ir a lugares que exigían de su presencia a cualquier hora y siempre con la misma gente alabando los saberes de él. En sus pocas horas libres había descubierto, hace un tiempo atrás, que podía volar más alto y mucho más lejos cada vez que lo intentaba con pasión. Un día tras culminar una larga reunión con ministros y colegas decidió alzar vuelo sin renuncias ni despedidas, el viento sería su guía.
Por otro punto cardinal Ailurofobia, la famosa ave colorida del Roraima no encontraba ya qué hacer. La labor de ser guía turístico la tenía súper fastidiada, aunque según era su pasión, porque era más el tiempo que recorría caminando que volando en vista de que no todos los turistas tenían alas como ella. Ailurofobia sentía que perdía la adrenalina al presentarse estos casos. En los días de temporada baja practicaba su vuelo y logró descubrir que podía volar más alto y muchos más lejos. Ella meditó millones de veces qué pasaría en su ausencia y a pesar de las trágicas posibilidades decidió solicitar unos días de descanso, preparó un bolso pequeño, hembra al fin y decidió alzar vuelo.
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Pasados varios días y noches de fuertes vientos ambas aves, cada una por su lado, se establecieron en El Paraíso, imposible dejar de lado ese paisaje colorido lleno de árboles, lagunas, cascadas, piedras de distintos tipos y flores cargadas de mucho perfume. Era el lugar ideal para recorrer miles de veces a patas y millones más volando entre las nubes. Así estuvieron Drácula y Ailurofobia por unos tres días más, sin embargo las ganas de comer alguna fruta deliciosa de sus países de orígenes estaban promoviendo la huida de la emoción de sentirse libres.
Ailurofobia estaba a punto de desmayarse y sin pensarlo dos veces se posó en la copa de un frondoso árbol, cogió una extraña fruta de color azul y se la comió, era muy deliciosa, muy dulce justo lo que a ella le gustaba así que comió un poco más hasta sentir su estómago full, bajó y acostó bajo la sombra del gran árbol de color amarillo.
Asimismo Drácula estaba hambriento sin embargo no se atrevió a comer nada que no fuese conocido, su tatarabuela le había criado de esa forma. Su vuelo parecía perder fuerza, iba de arriba abajo sin poder controlar, en el recorrido logró ver a un ave y aunque dudó en acercarse lo hizo con mucha cautela.  
Al estar frente a la desconocida quedó perplejo por la belleza y el brillo de las plumas de esta, tímidamente se le acercó y dijo,
-  Hola disculpa que te interrumpa, pero eres la primera ave que encuentro desde mi llegada a El Paraíso y pensé que podrías ayudarme… hola, ¿hey estas bien?, señora despierte, despierte, usted podría ser mi salvación. ¡Parece estar muerta! Ayúdeme soy un simple turista nada más que un turista hambriento…
El ave fue reaccionando con mucha dificultad y apenas se le escuchaba decir: ¡no estoy trabajando, nada de turistas!
-  Oh perdone usted, no era mi intención fastidiarla pero ya perdí la cuenta de cuántos días llevo sin comer y estoy perdiendo fuerzas, ¿se encuentra bien señora? Le preguntaba viéndola asombrado, más bien como encantado.
El ave al abrir los ojos por completo sintió vergüenza por la forma en que estaba tirada sobre el piso y exclamó con gran extrañeza, ¡qué me ha pasado!, ¿cuánto tiempo llevo acá?, ¿por qué hay tantas moscas volando sobre mí?, ¡quítelas, quítelas!, gritaba con desesperación.
-  Con mucho gusto se las quito… es usted muy bella señora, perdón, digo no sé, ehm en realidad no soy del lugar y la vi mientras volaba y pensé que podía ayudarme con el alimento, nada de lo que hay aquí es parecido a las frutas de mi país y…
-  Ya, ya, suficiente, pues le informo primero que soy señorita, segundo que estamos en las mismas, yo tampoco soy de aquí me vine de vacaciones y me temo que no podré ayudarle porque, porque ¡claro eso fue!
-  ¿Qué cosa?
-  Yo también estaba hambrienta a punto de desmayarme y agarré frutas de este árbol, ¡son peligrosas, son venenosas, estuve a punto de morir en la flor de mi juventud! ¡ay cuanto le debo me ha salvado usted la vida como el príncipe morado de mis sueños! Ella se le tiró encima, le abrazó muy fuerte y le dio muchos besos en las mejillas, él estaba más rojo que una fresa y este arrebato de emoción fue el inicio de una amistad, muy singular.
Las aves estuvieron por horas recorriendo el lugar pero atemorizados de probar alguna fruta. Al transcurrir dos días se encontraron picoabiertos frente a un hermoso lago de color turquesa que estaba lleno de mariposas, abejas, venados, conejos, aves y muchas animales más. Todos parecían turistas, en el rostro se les notaba esa emoción.
El lago estaba rodeado de frutas coloridas que parecían estar servidas en platos, Ailurofobia y Drácula se quedaron viendo el uno al otro y lentamente bajaron su ala, cogieron una fruta y la llevaron a su pico, sus miradas expresaban la despedida pero sin temor alguno ante un posible envenenamiento. Así permanecieron durante cinco minutos y nada extraño les sucedió, saltaron y volaron de la emoción y pisaron tierra nuevamente para comer hasta satisfacer su necesidad.
Sentados a la orilla del lago, con sus patas sumergidas permanecieron conversando sobre sus países de origen, ocupaciones, hobbies, música y libros favoritos, en fin de todo un poco, cuando el cielo estaba iluminado por la luna y las estrellas una de las aves dijo,
-  Estamos totalmente locos hemos hablado de absolutamente todo y aún no sé tu nombre
-  ¡Es cierto!, exclamó la otra muerta de risa, me presentaré soy Drácula, un placer bella mademoiselle
-  ¡Oh que nombre tan extraño! Yo me llamo Ailurofobia, un gusto caballero
-  ¡Ailurofobia, ese sí que es un nombre extraño, jajaja!... pero … ehmm, no dejas de ser bella
-  No sigas que me vas hacer volar, muchas risas se escucharon en el viaje del viento.
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Ailurofobia y Drácula estuvieron así de felices en El Paraíso un par de días de más, tal vez fueron unos meses. Sin llevar control del tiempo un buen día tuvieron que regresar los mandaron a buscar con detectives privados, eso sí establecieron el compromiso de que la amistad seguiría pese a la distancia y las labores diarias, también se prometieron volver  a ese bello lugar para recordar y sentir el verdadero valor de la vida, que es vivir en felicidad.
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Fin

Kari Deflores
Calabozo, Estado Guárico Venezuela 10/04/2016, 11:10 am
(Un regalo)


Opinión 3

Esta es mi falsa conclusión del momento, posiblemente falsa: "el egoísmo//clasicismo/ de los oligarcas de la 4ta ha sufrido una transformación de energía, tal vez, que ahora todos esos sentimientos ANTIpacifistas se han concentrado en quienes lideran el proceso revolucionario de esta 5ta (VENEZUELA) con fines de acrecentar en sus "FIELES" seguidores esos sentimientos REPOTENCIADOS como parte del procedimiento de un plan de "venganza", posiblemente, porque parece cuestión de rencor, o sea rosa en lo personal, tanto así que nuestra situación actual ha superado los niveles de odio entre los venezolanos, según los comentarios de los más viejos que yo basados en cualquier otra época anterior vivida por estos... otra palabra que demuestra el presidente de esta mal llamada Patria Unida y en Paz, el que diga lo contrario requiere de un chequeo completo de sus organismos sensoriales ¡de pana! y si se va a pagar el gobierno, que lo dudo, me apunto eso si tienen que ser especialistas y que me den mis medicinas porque no pretendo sabanearlas por todos los rincones, además chico un chequeo general nunca está demás... cierto no puedo beneficiarme no soy pueblo soy una extraterrestre del planeta de los Majunches (majunchita); retoma la palabra es MIEDO, hasta en el cu ello se le nota...


ES UN BORRADOR DE UN TRABALENGUAS DE MI DIARIO, O SEA PERSONAL, NO LEER, como me dijeron en estos día si no te gusta ve a ver qué haces.


Defendiendo la libertad de expresión

sábado, 23 de abril de 2016

Dialogo 1

él: ¿por qué quieres hacer el cambio Karinita? 
yo: por eso precisamente porque sigo siendo karinita, me cuesta mucho ser Karina

23/04/2016
4 y pico pe eme

frase 5

Pobre de aquel que por extrañas circunstancias no pueda conservar sus recuerdos. 

Kari Deflores

16/01/2016
8:34 pm

El diario

La gente: ¡¿quién iba a pensar que detrás de esos ojos tristes y esa linda sonrisa se ocultaba un ángel vestido de negro?! 
Y para extrañarse aún más se llama Angelica, decían otras personas. Es cierto, así se llama la muchachita que vive en la casota de la esquina de la calle 10 con carrera 9.
Aconteció que un día durante la celebración de la septuagésima feria del pueblo la diversión de los niños con las atracciones mecánicas, el entretenido juego de apuestas entre los hombres y el chismorreo de las madres fue interrumpido por un fuerte grito de rabia y a la vez por un insoportable olor a quemado y es que la tierna Angelica había agotado sus cupones de paciencia y con una fuerza descomunal tomó por el cabello a una de las muchachitas del pueblo y la lanzó directo al transformador del poster. La gente boquiabierta, unos borrachos liberaron el alcohol de un solo golpe, los niños corriendo sin rumbo y envueltos en llantos suplicaban por el contacto materno. Sin darse cuenta todos formaban parte de la perfecta circunferencia cuyo centro era el cuerpo desmayado de Angelica, y con ella su diario.
Pasados los días aún seguían llegando personas a la plaza con coronas y cruces de mil colores. La casota de la esquina jamás volvió a encender una luz. Nadie tenía certeza del verdadero paradero de la muchachita. Todo lo sabido eran rumores.
La gente: ¡dicen que todos los niños la molestaban y le tenían apodos feos!, ¡yo nunca escuché nada!, ¡no creo que mi hijo sepa algo, él no se mete con nadie!
Quien tuvo el deshonor de leer el tan reservado y perverso diario pudo saber que la muchachita estaba poseída por alguien con una fuerza mayor a la criatura de los dos cachos.

Kari Deflores 
17/01/2015 
7:46 p.m.


Cuerpo

los ojos en tus dedos mirándome,
los labios en tus manos besándome y la lengua en tus muñecas lamiéndome desde los pies hasta los cabellos. 

Kari Deflores 
11/02/2016
11:36 am (sin activar)

Mi mente se traslada en un viaje veloz a tu espacio, a tu cuerpo. Desencadenas cualquier cantidad de sentimientos que se dirigen como flechas en sentidos opuestos y chocan con la muralla de la falsa moral de la sociedad de nuestros tiempos. Es el mismo tiempo en el que eres más ausente. 
Me detengo, no me concentro, me hiero. 

20/01/2016 
8:38 pm 
Kari Deflores



La enfermedad

Simón nunca fue normal pero tampoco un completo desadaptado. Siempre se le vio andar en silencio de un lugar a otro. Extraordinario en sus estudios, lo que sumaba más rareza a su peculiar personalidad. Si se quiere guapo, un cierto parecido a John Christopher Depp II. Cuando pudo independizarse, el simple hecho de vivir solo, lo hizo dejó a un lado a su madre y a sus tres hermanos, él era el mayor de la casa.
Simón se mudó a una residencia de extraña arquitectura. La privacidad era inexistente pues quien vivía en el último cuarto del pasillo debía atravesar todos los anteriores, justamente ese era el cuarto de Simón. Las paredes eran de vidrio tornasolado y unidos con varillas de aluminio pintadas de color naranja. En los cuartos no cabía más que una sola persona, estaban amoblados con lo necesario a excepción del cuarto de Simón, él logró ubicar un escritorio donde había una lámpara de bombilla tubular fluorescente y grandes trozos de plastilina con formas realmente abstractas. El baño también pequeño, una poceta y el área de ducha, sin lavamanos y espejo. Simón era un hombre pero orinaba sentado, así lo hacía desde pequeño.
Simón estaba matriculado en la universidad más prestigiosa, nunca se supo qué estudiaba realmente. Entraba a las clases de anatomía patológica, psicología social, geometría analítica, morfología, estética, dibujo anatómico, historia de la filosofía y otras. Su clase preferida era con el Doc. Joshua Belisario, lógica I. Entre los profesores era uno de los más reconocidos. Para muchos era extremadamente correcto, pulcro, culto, organizado, puntual, caballero, atractivo con su cabello lacio canoso, peinado de lado y unas cejas pobladas. Simón sentía una particular admiración, tanto así que le demostró ser capaz de hacer todo favor que el doc le encomendara.
Joshua Belisario tal vez era una de esas pocas o tantas personas muy parecidas a Simón. Cuando por fin su amistad alcanzó un alto nivel de confianza el doc abusó de su poder y pidió a su joven amigo, sin muchos rodeos, que asesinara a un par de estudiantes que ya no soportaba, sabían de su más íntimo secreto y él no podía seguir cubriendo tanto chantaje. Él le dio plena libertad a Simón de escoger cómo sería el asesinato de esas cinco personas. Joshua Belisario le prometió verlo nuevamente una vez cumplida la misión.
Simón esa noche caminaba a casa, como siempre sin ver a los lados. A la distancia pudo darse cuenta que estaban dos de las cincos personas de la lista. Por su frente empezó a correr mínimas gotas de sudor y sus manos nerviosas se tocaron la una a la otra dentro del bolsillo del sweater. Caminó al frente de las susodichas. Sin pensarlo mucho se fue encima de una de las chicas y le clavó repetidas veces un picahielo de mango color rojo. La otra víctima sufrió menos al no superar su asombro a tiempo lo que Simón aprovechó sin dudar.
¡Joshua no llama!, es lo que repetía Simón acostado en su cama. ¡Joshua no atiende! Su mirada se perdía entre las figuras de plastilina y el reflejo de su cuerpo en los vidrios de la habitación. Dejó de morderse las uñas cuando escuchó el saludo a voz populi del inquilino de al lado ¡háblame saimon, que e’loqueé! Sumido casi gélido no contestó. Dedujo que el doc lo seguía y que cumpliría su palabra de no se manifestarse hasta que él no culminara el trato. Simón agarró una de sus esculturas de plastilina favorita la moldeó un poco, un poco más y cerró los ojos en sana paz.
El sol dio la señal de iniciar un día normal en la universidad. Las horas pasaron lentas para Simón. Joshua Belisario estaba en su día libre. Simón no entró a ninguna clase, pasó todo el día en la biblioteca. Durmió sobre algunos libros de lógica I. Llegó la noche. Nadie preguntó por nadie más allá del simple rumor de los asesinatos. La universidad era una ciudad. Mismo pasillo de la noche anterior, un poco más adelante dos chicos y una chica. Mismo procedimiento. Más desenfreno, dos de ellos intentaron escapar. Llevó más tiempo. La misión se cumplió. 
Simón telefoneó a Joshua Belisario. Nunca atendió. Simón estaba completamente deprimido, era el peor sentimiento que había sentido hasta el momento. Atravesó todos los cuartos de la residencia con una locura desenfrenada. Quebró uno de los vidrios con su puño. El que estaba dormido se despertó alborotado. Cuando vieron las manchas de sangre enloquecieron. Simón solo gritaba ¡no me atendió, no me contesta, me mintió!, ¡yo lo admiraba, era mi inspiración!
La noche más larga de Simón. Su madre llegó a la habitación, mujer blanca, cara llena de arrugas, cabellos pintados de rojo oscuro, espalda encorvada. Abrazó a su hijo mientras este lloraba a cantaros, ella con su voz melodiosa le repetía ¡todo estará bien, nada malo te pasará! La policía llegó a los pocos minutos. Simón se desesperó al verlos en su habitación, dijo ¡madre, madre quiero hacer pipi, madre por favor cuídame! No había forma de escapar, todo se podía ver. Simón se sienta. Un oficial pregunta a la madre si es hombre o mujer. ¡No le hagan daño a mi hijo, él tiene una enfermedad!
Kari Deflores
Calabozo, edo. Guárico Venezuela
28/03/2016
9:35 p.m

El asesino

- Necesito protección, ¡es acá debajo de las líneas!, no levante mucho las letras, no quiero que el cabeza roja me vea. ¡Oh no allá viene!, ¡por favor, por favor dígale que se vaya!
- Lo sentimos mucho Sr. Papel este es el fin de lo que pudo ser una buena histo… decían las letras al unísono a su amigo mientras el Sr. Borrador se afincaba sobre él.

Kari Deflores
Calabozo, Estado Guárico
10/04/2016
9:30 a.m.
Mi primer cuento corto.


Opinión 2

Vuela un helicóptero sobre Calabozo ¿será que van a tirar las bolsas de comida desde el aire? A fin de cuentas este gobierno es el mejor administrador de bienes, servicios, instalaciones educativas y productivas... Uy no no los de la guerra económica no les dejan trabajar, ¿y las esperanzas?

14/04/2016
12:33 p.m. 

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Sentimiento 3 y Desahogo



Entonces será que nos queda decir disfrutemos del momento antes de que cualquier ladillao venga a sabotearnos la vida.
10/03/2016
(Después de enterarme de la muerte de un artista de mi región Guayana)

Entre menores y mayores, puertas abiertas y cerradas, lágrimas y ojos brillantes y otras cosas estaré para escribir una o más líneas
28/02/2016
11:14 p.m.

La hormiga amarilla

Desde la entrada del parque La Llovizna podía verse una pequeñísima hormiga de color amarillo andando solitaria con un gran pedazo de hoja sobre ella, en su andar tarareaba una canción con ritmo tropical “somos seres únicos y maravillooooosos, el amariiillo, es un coloooor exclusivo”, al cantar su inspiración era tanta que por momentos cerraba los ojos y abría su boca a lo máximo, en uno de esos instantes chocó con otra hormiga negra.
Hormiga negra: oye, oye insecto ten cuidado por donde caminas, no me vayas a ensuciar y mucho menos estropear mi labor
Hormiga amarilla: ¡discúlpame!, venía muy entretenida cantando
Hormiga negra: sí lo noté y no es mi problema, solo ten más cuidado
Hormiga amarilla: si, está bien, ¿hacia dónde te diriges?
Hormiga negara: no es tu problema insecto
Hormiga amarilla: ¿insecto?, somos iguales de la misma especie y por lo que veo trabajamos en la misma empresa
Hormiga negra: jajaja, jamás de los jamases, soy una hormiga negra del color que alegra y tú eres amarilla como el sol que causa calor
La hormiga amarilla en su intento de ser amigable continuó el trayecto detrás de la hormiga negra, quien a su vez iba siguiendo a un centenar de su cuadrilla, sin embargo sus intentos fueron fallidos. Por ello empezó a cuestionarse si realmente la diferencia de colores era realmente importante si ambas tenían el cuerpo igual, eran obreras en la misma empresa y además velaban por la construcción y protección de su hogar con porciones de alimento saludable.
Poco a poco la distancia entre ambas fue más larga y la hormiga amarilla, ya deshidratada, decidió tomar un descanso frente a un arroyito, dejó la hoja a un lado y preguntó a su reflejo,
- ¿Es realmente malo ser de otro color? Me siento tan triste, llevo horas y horas caminando sola, cada quien anda en su mundo
Sin recibir respuesta, cabizbaja y a punto de retirarse fue sorprendida por el salto de una enorme rana de color morado que salió desde el fondo del arroyo y con la brisa rosando su cuerpo la rana gritó muy fuerte,
- “Soy libre, soy libre… somos seres únicos, el morado es el color sagrado”.
Después del susto y por temor a que se la comiera, la hormiga amarilla reflexionó,
- La hormiga negra se cree única porque es negra, la rana se cree especial porque es morada y yo como soy amarilla me creo divina pero somos seres que convivimos en un mismo lugar, respiramos, cantamos, sonreímos, nos alimentamos para tener fuerza y trabajar, disfrutamos de todas las cosas, todo eso quiere decir que podemos convivir en paz. Claro al igual que todos debo cuidarme de los otros animales grandotes que me pueden comer pero mientras tanto voy a vivir feliz porque todos tenemos ese derecho y ese deber.

Kari Deflores
12:09 am 23/01/2016
Creo que es mi primer cuento infantil.




Otoño

Las hojas de los árboles viven detenidas en el pensamiento de cuan dura será la caída. porque el crecer no ha sido tan fuerte.
Las hojas se liberan de la rama con sutileza y descienden al compás de un vals. Disfrutan del baile, el único de su vida.
Solo la brisa es la directora capaz de decidir qué tan largo se hace el tiempo para que las hojas puedan lanzar en libertad.


Kari Deflores

24/05/2012 
7:40 a.m.

Sentimientos 1 y 2

Y no me queda más que vivir el amor viendo películas y creyéndome ser uno de sus personajes afortunados.
17/03/2016

Y es que toda ave cuando vuela se para en un tronco a descansar, que el descanso no sea eterno, siento eterno un día y 74 horas.
22/02/2016

Kari Deflores

Opinión 1

Frases 3 y 4

Mientras más veo la muerte más disfruto la vida.
21/03/2016

Admiro la paciencia que le tienen los electrodomésticos a los constantes bajones de luz... Los hombres se quejan de la bipolaridad femenina...
20/03/2016

Kari Deflores

Frase 2

A algunos nos gusta de todo un poco.

Kari Deflores
23/03/2016
14:34 pm

Frase

Cuando mi percepción sea contraria a la tuya inevitablemente habrán diferencias...el error: creer saberlo todo.

23/03/2016
Creo haber escrito algo parecido hace un tiempo atrás... tal vez no sea la primera y tampoco la última pero acá estuve.


Renuncia

Hay tanta desolación que ni siquiera el sol se acerca para dar su despedida. 
Las hojas se marchitan con la seriedad que el viento viaja desde la sabana. 
He aquí el lugar, la fecha, el día y la hora en que decido decir adiós. 

Adiós a la costumbre de recibir poco. Adiós a estas horas, algunas veces malgastadas. Adiós a los falsos halagos del entorno. Adiós a las pesadillas. Adiós al deber ser. Adiós a la impotencia. 

Bienvenida parte de mi libertad. 

Kari Deflores 
6:30 pm
11/04/2016

Sin Título

Él y ella están tan compenetrados que comparten un poco más que las veinticuatro horas que conforman un día (un rato el sol y otro ratito la luna). Le ha servido de colchón para las horas de sueño. Ha sido tremenda, se la pasa escondiendo algunas veces comida y objetos negándole la posibilidad de disfrutar en paz.
La huele, la fuma. 
Él y ella son inseparables, ella se aprovecha de las grietas y del sudor para tatuarse en el cuerpo, dándole así una tonalidad bronceada-tierrua que precisamente se acentúa en los pliegues de la juventud.
Se burla, lo desintegra.
Lo vi desde el bus en una primera esquina, a 20 Km/h, el calor también le daba pesadez al medio de transporte, allí estaba viendo a su alrededor con una sonrisa falsa porque lo más claro era que se sentía perdido. Mi mente se sintió aturdida, y ahora escribiendo estas líneas me percato de que en realidad no era nada nuevo ese personaje en mi realidad, sino ajeno de alguna manera a este rincón del país.
A este relato, le he intentado poner un nombre y no he podido, no me convencen los que vienen a mi mente.
16/04/2016 son las 7:11 pm
Kari Deflores
Calabozo, Guárico, Venezuela