¿Nunca terminas de morir?
-como lo imaginaba, sin respuesta-
Y yo aquí queriéndome ahogar en un mar de lágrimas
para ver de una vez por todas tu cadáver
confundiéndose con la arena del fondo,
con las cenizas
del volcán que fuimos,
o simplemente con las escorias del vertedero de
basura…
Sencillo, de pocas palabras, nada comparado con la
obra de arte que vendiste a mejor precio cuando la inflación alcanzaba las
nubes.
Iniciamos con una pregunta, tú y yo, y terminamos
con otra.
¿Nunca terminas de morir?
Kari Deflores
20/01/2017
8:09 pm
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