sábado, 21 de enero de 2017

Concierto de piano


La pioja sentada en el banco, apenas toca el piso con la punta de sus zapatos, sus dedos se complementan con las teclas del piano.
El hombre de la mecánica al teclado, sus manos temblorosas no podrían sujetar una rolinera pero si dibujar notas musicales en el aire.
En el intermedio voces femeninas y sublimes cambiaron la armonía del lugar, arrugas de sorpresas más que de simples experiencias.
Uno más auténtico que muchos otros, él haciendo rock con el cuatro, otras aguas donde navega la música venezolana.
Es posible que exista el silencio, la pausa, no es un error, es un instante para detenerse a pensar  si abandonar el banco o continuar, el adolescente se enamoró de su esencia.

El coro de voces, el coro de aplausos.
El coro de ojos y oídos.
El coro de los sentidos, le vibran las arterias, se erizan los pezones, las caries brincan de un lado a otro y el uñero permanece latente.


Kari Deflores

12:00 pm

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